Este proyecto I+D+i Patrimonio y memoria del franquismo: Conservación o resignificación en la España democrática (PAMEFRA) , tiene un carácter multidisciplinar, holístico y de perspectiva comparada entre Andalucía, el resto de España y el contexto europeo y aborda un problema de gran profundidad y relevancia en la sociedad actual. Se propone trabajar las manifestaciones artísticas (arquitectura, urbanismo, pintura, escultura, música) realizadas durante la dictadura franquista dedicadas a la exaltación del régimen, un patrimonio que resulta en muchos casos incómodo, con el fin de abrir un debate sobre las actuaciones a realizar sobre este legado.
La memoria ha irrumpido con fuerza en el debate artístico y patrimonialista ocupando un lugar central en nuestros días, como muy bien señalan investigadores de referencia como el francés Dominique Poulot, (Patrimoine et modernité, París, L´Harmattan, 1998), que al trazar la historia del patrimonio en occidente señala como en el presenta el Patrimonio se hallaría entre la Historia y la Memoria. También en Roma en 1988 se reunía un importante Congreso, que aprovechaba la finalidad de proyectar una nueva Ley italiana de Patrimonio para analizar y valorar las consecuencias de la teorización patrimonial de los “bienes culturales”, veinte años después de la Comisión Franceschini, la denominación del mismo Convegno sui beni cultural e medioambientali fue la de Memorabilia. Il futuro della Memoria. El concepto de memoria colectiva fue introducido por Maurice Halbwachs en el campo de la sociología, desde entonces se ha utilizado repetidamente en los textos específicos sobre patrimonio cultural. La vinculación del patrimonio con la memoria ha ido recibiendo, importantes aportes desde el campo de las ciencias sociales, un hito, como es sabido, en ese camino hacia la subjetivización del patrimonio sería la publicación del Culto moderno de los monumentos (1903) de A. Riegl.
El pasado tiene hoy una enorme fuerza como fuente de identidad personal y colectiva, y el patrimonio es una prueba evidente de la existencia de vínculos con él, de continuidad en el tiempo y de identificación con una determinada tradición, ayudando a reforzar el sentimiento colectivo de pertenencia a un grupo, actuando además como aglutinador del sentimiento de la comunidad frente a procesos de homogeneización tan poderosos como el que denominamos globalización. Es importante subrayar la fuerza que tiene, la carga semántica y el valor de identidad de los monumentos, y en general de las obras de arte, como testimonio histórico que son.
Partimos igualmente de la base del creciente interés social que está teniendo en la actualidad la gestión de la cultura y por extensión del patrimonio cultural, y el protagonismo que ha alcanzado en el discurso político y económico. Lógico si pensamos en su valor como instrumento de desarrollo económico y equilibrio territorial a través del turismo cultural, y por supuesto como instrumento simbólico, como portador de significados. En el concepto de patrimonio intervienen múltiples factores a lo largo del tiempo, configurando en función de aspectos políticos y culturales, toda una serie de perspectivas diferentes, en la que memoria e identidad también juegan un papel fundamental.
Es importante subrayar la fuerza que tiene, la carga semántica y el valor de identidad de los monumentos, y en general de las obras de arte, como testimonio histórico que son. Pensemos en el papel que ha jugado en nuestra historia reciente, llegando a dar lugar incluso – en un horizonte tan cercano como la Europa del siglo XX- a la destrucción y desaparición de obras de arte por su importante carga simbólica, en la convicción de que queda destruida la idea que representa, al ser asociados a una situación política o a una determinada colectividad.
Es un hecho que el patrimonio cultural es inicialmente pasivo, existe como objeto, independientemente del reconocimiento o no de su valor cultural, y es la comunidad la que en un momento determinado de su desarrollo lo selecciona como elemento que debe ser conservado por valores que trascienden su uso o la función que le dio origen, siendo cambiantes estas valoraciones a lo largo del tiempo. La importancia dada a un determinado patrimonio y no a otro, como cualquier producto de la actividad humana, no es algo estático, son entidades sujetas a cambios, condicionadas por factores externos. Se producen así nuevos redescubrimientos y acercamientos -además de olvidos, muchas veces intencionados- de la colectividad a la historia y a los objetos de cultura, al patrimonio cultural en un sentido amplio, y de ejemplos se presenta generosa nuestra historia reciente, tal ha sucedido cuando ha acontecido un cambio brusco de régimen político o una revolución cultural. La mirada sobre el pasado es, por tanto, cambiante y está condicionada por el presente. Esta es la principal reflexión, y nuestra hipótesis de partida, sobre la que se centra nuestro proyecto I+D, poniendo el punto de mira en el legado patrimonial del franquismo, que puede resultar incómodo o polémico, y cuál está siendo su asimilación desde la democracia.
España y Europa han vivido en su historia reciente períodos de gobiernos autoritarios, y con el paso al sistema democrático actual van a iniciar una fase compleja y rica en debates patrimoniales centrados en la revisión de ese pasado, en su asimilación y en la problemática del legado cultural heredado. Es un contexto que es necesario conocer y estudiar de manera comparada con casos puntuales de los patrimonios heredados de otras dictaduras y regímenes totalitarios europeos para enriquecer y contrastar nuestros análisis.
España, como el resto de las democracias surgidas tras dictaduras y regímenes totalitarios en buena parte de Europa a lo largo del siglo XX, ha adoptado o puede adoptar distintas actitudes y realizar diferentes lecturas de este legado patrimonial, ha sido y sigue siendo motivo de controversia, y su integración como parte de la memoria colectiva del pasado, no se ha resuelto de manera satisfactoria en nuestra sociedad actual. El objetivo de la investigación es analizar aquellas manifestaciones artísticas (pintura, arquitectura, urbanismo, escultura, música.) realizadas durante el periodo de la dictadura franquista que constituyen en sí mismas o en algunos de sus elementos una exaltación o legitimación de este régimen político con la intención de determinar qué actuaciones deben realizarse sobre las mismas (conservación, modificación, destrucción, uso, etc.) para adecuarlas a la exigencias éticas y legales exigidas por el sistema democrático en nuestro país. Debate que debe comenzar por abordar también la propia categoría de patrimonio o arte franquista, sus límites y vigencia, cuestión abierta por la historiografía hace algunos años ya.
En el año 2000 comenzó a hablarse en España de Memoria Histórica, desde entonces las exhumaciones, debates, discusiones y la atención mediática puso en primer plano esta cuestión. Años después, son muchos los proyectos, una ley aprobada, paralizada, renovada, ríos de tinta y horas de discusión. Es claro que bajo el nombre común de Memoria Histórica se mezclan reivindicaciones legales, reclamaciones históricas, indemnizaciones económicas, y un intenso debate político y social. La legislación en nuestro país al respecto ha dado pasos adelante con la aprobación de La Ley 52/2007, de 26 de diciembre, conocida popularmente como Ley de Memoria Histórica, por la que se reconocían derechos y se establecían medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura; o también con la Ley 2/2017, de 28 de marzo, de Memoria Histórica y Democrática de Andalucía. La legislación española desde la perspectiva democrática de la Memoria histórica, ha considerado la necesidad lógica de suavizar el impacto simbólico y la carga ideológica y potente política que todavía mantienen ciertas manifestaciones artísticas y arquitectónicas. Este proyecto surge como propuesta teórica de absoluta actualidad en el campo de la investigación española, pese a los múltiples estudios existentes que versan sobre la Guerra civil, el patrimonio expoliado, restaurado y perdido en el conflicto bélico, la estética del régimen, la arquitectura o el imaginario colectivo y cultural de esta época.
Tanto el objeto y marco cronológico y cultural elegido, así como la especificidad estética y la problemática patrimonial que presenten los casos seleccionados para su estudio, se analizarán dentro del contexto más amplio, desde ese estudio comparado con los regímenes autoritarios del siglo XX en Europa. Para ello se procederá también a elegir casos puntuales y destacados que hayan sido objeto de mayor polémica o intervenciones singulares en otros países, centrándonos especialmente en Italia, Portugal, Grecia, Alemania y en menor medida, dada la nacionalidad de los miembros del Equipo de Trabajo, en algún caso puntual del bloque soviético, Polonia y los países de la antigua Yugoslavia
El legado cultural heredado es muy heterogéneo, en él encontramos diferencias en términos cualitativos y estéticos (nos encontramos en la producción artística del período con obras de calidad frente a otras más mediocres, proyectos y obras de marcada propaganda ideológica, obras que no emanan directamente desde el poder, o también creaciones de artistas que intentaron sortear e incluso subvertir las directrices marcadas por el poder). Obras que gozan también de ciertos vínculos en el imaginario colectivo del ciudadano y que también cuentan con distintos niveles de protección (piezas arquitectónicas y urbanísticas que forman parte del entorno del ciudadano, del Patrimonio Nacional, declaradas algunas como BIC…). Y por supuesto encontramos diferente valoración concedida a los artistas que desarrollaron su actividad en el seno de estos regímenes, muchos de ellos denostados por la historiografía reciente, por lo que se plantea si sus trayectorias deben ser revisadas y puestas en valor, o simplemente olvidadas por su colaboración con esos poderes.
Ser conscientes de la importancia del tema, de la necesidad de su estudio, de la trascendencia socio-política que tiene y de la necesidad de generar debate propio en el seno académico, teniendo en cuenta las experiencias compartidas en las distintas comunidades autónomas y con otros países europeos, nos ha llevado a presentar este proyecto. Compartimos un mismo espacio público y en sociedades democráticas como la nuestra deben ser factibles la convivencia de memorias plurales que pertenecen a colectividades diferentes y forman parte de una historia y legado patrimonial común. Es una problemática viva y abierta en Europa, donde los medios de comunicación se hacen eco de ejemplos concretos, tanto de entornos arquitectónicos como piezas museísticas. Es necesario en este sentido plantear el valor y la importancia de resignificar, asimilar este pasado y valorar en su justa medida el sentido estético del mismo en aquellos ejemplos que así lo merezcan.